Formamos un proyecto de educación alternativa que, por medio de la enseñanza del yoga y valores éticos, busca desarrollar una generación de estudiantes conscientes, capaces de cuidar tanto el planeta como a sus habitantes.
Llegué a ser parte de este proyecto educativo luego de una larga búsqueda sobre cómo podía convertirme en un aporte en la lucha contra la destrucción del planeta que habitamos y contra la quiebra de valores esenciales que mantienen nuestras comunidades humanas. Trabajé como educador en las escuelas públicas en New Orleans, EEUU, como profesor y luego como administrador seis años.
Durante esta indagación sobre cómo cambiar nuestra perspectiva acerca de la educación, comprendí que antes que todo, era yo quien debía cambiar. Para eso comencé a entrenarme como profesor de yoga, estudiándolo tanto en su dimensión filosófica como física. Disconforme con mi profesión de profesor, estudié la economía con el objetivo de instalar la ética en la esfera de las políticas públicas. De esta forma, vine a Chile para estudiar cómo fue trasladado a Sudamérica el fenómeno estadounidense del consumismo. Durante un viaje al Valle de Elqui, mi pareja, Rachel, y yo conocimos a los fundadores de Virtud y Saber quiénes habían estado insatisfechos con el sistema de educación tradicional antes de crear este proyecto.
Rachel había mantenido su carrera en educación desde hace New Orleans and trabajaba en The International Preparatory School en Santiago, pero se sentía como yo sobre el propósito y el ámbito de la educación. Los fundadores nos invitaron a visitar la escuela acá en La Serena el otoño pasado. A pesar de mi interés en la economía y para mi sorpresa, terminé por volver a interesar una vez más en la educación, entendiéndola como enseñanza integral que complementara tanto los contenidos curriculares como la formación de buenas personas. En el proyecto Virtud y Saber, hemos encontrado con otras personas que creen que las habilidades académicas que nuestros niños desarrollan deben estar orientadas a la formación de personas conscientes de cómo tratan a las demás criaturas del planeta Tierra.
Este año la escuela arrendó una casa más grande en La Serena, en la cual podemos albergar más estudiantes. Debido a que no es propiamente una escuela, sino que una casa, la sala donde tienen clases los niños más pequeños, de 3 a 6 años, quedó en el patio. La sala no se encuentra completamente techada, por lo que en otoño, invierno y primavera hace mucho frío durante la jornada escolar. Producto del frío, y de la necesidad de procurarse un abrigo, los niñitos tienen problemas para concentrarse en sus clases.
Incluso, los estudiantes de básica, que tienen su sala al interior de la casa, sienten frío. Por lo tanto, queremos abrigar a nuestros alumnos cerrando el techo y comprando tres estufas. Como la escuela forma parte de un proyecto social que quiere tener una mensualidad que esté al alcance de los apoderados, y que es un proyecto muy nuevo, no tenemos los fondos necesarios para resolver por sí solos un problema que es urgente. En la escuela Virtud y Saber, estamos tratando de transformar la educación de competencia a una educación de conciencia. Su apoyo hará una gran diferencia.
Para más información acerca de Virtud y Saber, vísitenos a escuelavirtudysaber.cl y en el Facebook @ Virtud Saber Feducacion.
En caso de no recaudar el 100% de nuestro objetivo económico haremos lo siguiente:
CON EL 10%
Comprar materiales para cerrar el techo.
CON EL 25%
Comprar materiales para cerrar el techo.
CON EL 50%
Comprar materiales para cerrar el techo y comprar una estufa.
CON EL 75%
Comprar materiales para cerrar el techo y comprar 2 estufas.
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